El 30 de septiembre de 2009 en Abu Dhabi, durante la cuarta sesión de la Convención de Salvaguardia de la Herencia Cultural Inmaterial de la UNESCO, un comité intergubernamental formado por 24 países declaró el baile seductor con letra melancólica, el Tango, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La postulación había sido presentada de manera conjunta por Argentina y Uruguay, a través del Ministro de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Hernán Lombardi y por el Director de la División Promoción Cultural del Departamento de Cultura de la Intendencia Municipal de Montevideo, Eduardo León Duter.
"Esto es fruto de un trabajo intenso y es un compromiso de ambos gobiernos para proteger al tango y realizar proyectos en común", explicó Duter.
Mediante esta decisión, Argentina y Uruguay se comprometen a: "poner en marcha planes de salvaguardia específicos" para los cuales podrán "beneficiarse de asistencia financiera" procedente de un Fondo creado a tal efecto, indicó la UNESCO en un comunicado.
La tradición argentina y uruguaya del tango, conocida en el mundo entero, nació en la cuenca del río de la Plata, entre las clases populares de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo. Desde allí esta melancólica música popular urbana y su baile sensual de roce de piernas y ochos en el suelo, pronto se convirtió en sinónimo de pasión latina a nivel global. En esta región, el tango forma parte de la historia de los descendientes de esclavos e inmigrantes europeos que se asentaron a orillas de un río en la frontera natural entre Uruguay y Argentina. Es una tradición que se mantiene viva por jóvenes, adultos y mayores que llenan las milongas o salones de baile.
"Entre esta mezcla de inmigrantes europeos, descendientes de esclavos y criollos surgió una amplia gama de costumbres, creencias y rituales que se transformó en un distintivo cultural de identidad" publicó la Unesco en su página de internet.
Para la Organización, el tango reúne cinco criterios indispensables para que sea de interés global. Es distinto, original, las comunidades rioplatenses lo sienten como propio, enriquece el acerbo cultural y existe un plan conjunto de preservación.
Pero ¿qué significa patrimonio inmaterial de la humanidad? Según la definición de la UNESCO se entiende todo lo que las comunidades reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural. Es decir todas las manifestaciones culturales que se trasmiten de generación en generación y que contribuyen a construir una identidad y al desarrollo de los pueblos. En concreto, la UNESCO especifica que este patrimonio cultural no se limita solamente a las manifestaciones materiales, sino a todas las expresiones que las comunidades humanas heredaron de los antepasados y que transmitirán a los descendientes. Lengua, literatura, música y danza, juegos y deportes, tradiciones culinarias, rituales y mitologías, conocimientos y usos relacionados con el universo, conocimientos técnicos conectados con la artesanía y espacios culturales se encuentran entre las muchas formas de patrimonio inmaterial.
¿Y si a las nuevas generaciones no le importase nada de estas tradiciones? Pues, por eso la UNESCO se inventó el patrimonio inmaterial, de modo que no arriesgáramos la pérdida de estas maravillosas tradiciones.
Después que el Tango obtuvo la marca de Patrimonio inmaterial de la humanidad (o simplemente patrimonio de la UNESCO como dicen los periodistas ignorantes) los gobiernos argentino y uruguayo se comprometieron a la protección y promoción de este patrimonio. Pero no es simple. La carencia de una estrategia común entre países distintos, la falta crónica de financiamientos y probablemente demasiadas expectativas de este título produjeron el incumplimiento de los deberes a los cuales los países promotores se habían comprometido.
De hecho la UNESCO amenaza con quitar el Tango de su extraordinaria lista, pero ¿hay alguien a quién le importará esto? ¿Quizás una rosa huele peor si la llamamos con otro nombre?
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