Introducción
Desde principios de siglo estamos asistiendo a un
cambio social y cultural radical que consiste en un proceso de digitalización
de la cultura debido a la veloz e ininterrumpida difusión de la tecnología
digital. Los principales protagonistas de este fenómeno son los niños y los
adolescentes que crecen y han crecido rodeados de ordenadores, videojuegos,
móviles y otros artículos electrónicos. Por eso los/las jóvenes de hoy piensan
y procesan la información de modo significativamente distinto a sus
predecesores. Estas diferencias han creado una brecha digital entre las nuevas
generaciones y las anteriores. Para describir este cambio generacional el autor
estadounidense Mark Prensky en 2001 acuñò los términos “nativos
digitales” para definir a aquellos que nacieron en la cultura nueva,
e “inmigrantes digitales”, para indicar a los que nacieron y vivieron
gran parte de su vida en una era analógica e inmigraron al mundo digital donde
luchan más que los nativos para adaptarse al progreso de la tecnología.
No hay duda de que en ese contexto social de gran
desarrollo se necesita también una revolución de la educación. En este
proceso, los sistemas tradicionales deberán dejar paso a las nuevas tecnologías
que tendrán un papel importante para transmitir nuevas habilidades a los
jóvenes, las que verdaderamente necesitan para llegar a la vida laboral y
desenvolverse socialmente en entornos cambiantes.
Jóvenes y niños parecen desenvolverse en muchas
ocasiones como usuarios natos de las nuevas tecnologías, sin embargo, son al
mismo tiempo los grandes beneficiarios de sus posibilidades y el grupo de mayor
vulnerabilidad ante sus riesgos. Resulta entonces necesario entender cómo
jóvenes y niños acceden y usan la red para conocer los caminos orientados a
su protección.
Los docentes tienen que ser conscientes que enseñar hoy requiere
aprender un “nuevo idioma” y cambiar hábitos para comunicar con los
jóvenes que van a educar. Educar es cuidar, abandonar la omnipotencia de la
función docente y cuestionar lo que siempre se ha hecho. Es decir, que no
estamos viviendo una fase de transición hacia una nueva estabilidad, sino que estamos
en un proceso de cambio continuo y el aprendizaje es más una transformación
constante que algo adquirido de manera definitiva. De hecho, los docentes no
son más los “guardianes” del conocimiento, sino los guías y facilitadores en el
proceso de aprendizaje.
Concluyendo, los niños criados con el
ordenador, “piensan de forma diferente al resto de nosotros. Desarrollan mentes
hipertextuales. Saltan de una cosa a otra. Es como si sus estructuras
cognitivas fueran paralelas, secuenciales”. La
gamificación (o como se aprende con el juego) atrae su atención y es
el idioma principal de los niños de la era digital, por eso los nuevos métodos
de aprendizaje tendrían que considerar seriamente esta herramienta.
No obstante muchos estudios pedagógicos y métodos de
enseñanza pongan al alumno en el centro del proceso y lo conviertan en
sujeto activo del aprendizaje, todavía hay profesores que utilizan métodos
donde los alumnos son considerados como recipientes vacíos que hay que llenar.
Pero eso no puede seguir siendo así. Eso (así como
explica el documental “la educación prohibida”) es porque la
sociedad ha cambiado, “porque el conocimiento nace de una pregunta dentro el
caos y no desde una respuesta”, pero la Escuela y sus sistemas están orientados
hacia las respuestas. Hoy hacen falta nuevas habilidades que sirvan para
gestionar de manera crítica las informaciones que nos rodean.
Gracias a la sociedad industrial y a las conquistas
sociales que tuvieron lugar en este periodo histórico se empezó a instituir un
sistema educativo afín a dicha sociedad. Se podría también hacer un paralelismo
entre los procesos de industrialización y el sistema educativo. Por ejemplo,
hay una división en clases por edad, hay unos horarios rígidos y gestionados a
través del toque de una campanilla, hay premios y sanciones, y también hay una
estandarización. Además se pretende que todos seamos iguales, que todos
necesitemos del mismo tiempo para hacer las misma cosas y que a todos nos
gusten las mismas cosas.
En realidad es un tipo de condicionamiento social y
el mejor sistema para obtener ciudadanos dóciles y obedientes matando su
creatividad, su individualidad e independencia. Aspecto del que se aprovecharon
todos los sistemas totalitarios del siglo XX.
Los niños tienen que ser autónomos, respetados por
esas autonomías, ser escuchados y tener su espacio para desarrollarse como
personas. También hace falta un constante intercambio entre las familias, los
educadores y los alumnos, porque la educación es una tarea muy compleja y
necesita un “juego de equipo” donde no hay objetos del aprendizaje, sino
sujetos que se relacionan continuamente.
Con el desarrollo tecnológico de los últimos decenios
están disponibles nuevas y poderosas herramientas. Además hay que
aprender cómo utilizarlas y cómo enseñar las viejas asignaturas de una manera
distinta. Es cierto que hay que revisar todos los temas para aplicar nuevos
métodos y adaptar estos métodos a un contexto real, formado por personas,
individuos distintos y no por estudiantes del primer año, del segundo año
etc...
La red de internet ofrece un mar de
oportunidades de información y de herramientas para el aprendizaje y no
obstante eso, en los ministerios, los que elaboran los programas, las reformas
y deciden las asignaturas son funcionarios administrativos y no profesores.
Aunque hemos asistido a muchas reformas y cambios en el sistema educativo en
los últimos años, estas reformas y estos cambios han perseguido objetivos
económicos y no educativos.
o Hay que:
o cuestionar el sistema mismo
o tomar nuevas responsabilidades
o escuchar
o aprender a elegir el trayecto y no la meta
o atreverse a probar algo nuevo
Todo eso, abandonando lo conocido, porque si queremos
un cambio hay que modificar las maneras de hacer las cosas.
Impacto de las tecnologías de internet en los
adolescentes: ventajas e inconvenientes
Es cierto que Internet es una herramienta poderosa y
tiene muchísimas ventajas. Tampoco hace falta hacer una lista de todas
las oportunidades que tienen los chicos hoy en día a través de la red. Sin
embargo, pueden acceder a una cantidad de música, vídeos, textos, informaciones
y recursos que hace solo veinte años habría sido inconcebible. Pueden seguir en
contacto y comunicar en tiempo real con amigos que viven al otro lado del
mundo, además de buscar palabras desconocidas en todas las lenguas del mundo -o
casi-. Tienen, a su vez, un acceso potencial a todas las informaciones que
podrían necesitar en el curso de sus estudios o de sus intereses, teniendo la
oportunidad de construir sus aspiraciones a través de un más alto nivel de
conciencia.
Si logramos dicho objetivo los chicos gozarán de
posibilidades que nunca tuvieron los que ahora se han convertido en
“inmigrantes digitales”.
De todas maneras, hay que ser cautos y tener en cuenta
los riesgos y las desventajas que a veces olvidamos cegados por todas las
ventajas de internet.
El profesor Lionel Bailly de la UCL afirma claramente
que estos medios han cambiado la manera que tienen los adolescentes de
relacionarse entre ellos y con los demás, existiendo la necesidad de
entender cómo esta tecnología impacta sobre los jóvenes. En efecto, como afirma
el arriba mencionado, en tiempos pasados la adolescencia era una temporada de
emociones, secretos, exuberancia física, mientras ahora los jóvenes tienden a
compartir todo eso, sin filtros y sin reservas. Además, la adolescencia es el
momento de la formación de la identidad de la subjetividad, con la construcción
de una imagen de sí mismos.
Por consiguiente, hay que plantearse la pregunta: ¿cómo
la imagen que estos chicos han creado en un ambiente virtual impacta sobre su
propia imagen en el mundo real?
Ha sido suficientemente demostrado que la internet es
adictiva y que hay muchísimas informaciones dudosas. Por eso hace falta
una educación y un entrenamiento en esta tecnología, si no, se irán
enfatizando cada vez más las distinciones sociales y las discriminaciones, así
como riesgos de robos de identidad, extorsiones y daños económicos.
En conclusión se puede decir que la internet es una
herramienta poderosa y que puede ofrecer mucho a los chicos durante sus
años de adolescencia y durante toda su vida. Pero hay que conocer bien los
riesgos y los peligros de estas herramientas y educar a los niños de modo que,
al final, lleguen a un uso consciente y crítico de esta tecnología.
Los nativos
digitales, ¿realmente piensan diferente?
Estudios recientes de neurociencias y psicología
social han establecido que distintas experiencias llevan a diferentes
tipos de estructuras cerebrales. Según las últimas
investigaciones de neurobiología, ya no hay ninguna duda de que ciertos tipos
de estimulación cambian las estructuras cerebrales y afectan a la forma en que
las personas piensan, y que estas transformaciones continúan a lo largo de toda
la vida. De hecho, el cerebro se reorganiza constantemente durante toda nuestra
vida de niños y adultos y este fenómeno se llama neuroplasticidad.
Es probable
que los cerebros de los nativos digitales sean físicamente diferentes
como consecuencia del estímulo que recibieron al crecer. Así como los músicos
tienen más desarrollada una parte de su cerebro también los nativos digitales
tienen un cerebro desarrollado de una manera distinta.
Los
estudios de la psicología social muestran que las personas que crecen en
diferentes culturas piensan de manera diferente y que los procesos
cognitivos son mucho más maleables de lo que la psicología
tradicional suponía.
muy buen artículo, felicitaciones!
ResponderEliminarGracias por el comentario! :)
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