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martes, 29 de enero de 2013

Actitud general hacia la medicina complementaria

Ya se sabe que cada vez más gente decide curarse por medio de la medicina alternativa-complementaria. ¿Pero, en realidad, cuánta gente conoce la utilidad y los efectos de estos medios alternativos? ¿Y qué piensan los médicos sobre su eficacia?

A pesar de que en 1997 una resolución del Parlamento Europeo definió estos tratamientos como “medicina no convencional” por no estar totalmente reconocidos científicamente, la mayoría de los estudiosos cree que este nombre da por hecho la convencionalidad de la medicina tradicional. Esto conduciría a la idea de que la medicina “convencional” esté definida por un acuerdo entre científicos mientras la “no convencional” solo como una decisión subjetiva. Por lo tanto, se prefiere utilizar la denominación “medicina alternativa”.

Mucha es la gente que hoy en día se cura con la medicina alternativa pero muchas más las personas por las cuales esta representa un horizonte desconocido.  Además, se advierte un bajo nivel de conocimiento por parte de los profesionales de la medicina.  Según un estudio conducido en y por la Universidad de Santander con el objetivo de conocer las actitudes de los médicos-docentes sobre las terapias alternativas, el 72,3 por ciento de los entrevistados tiene un escaso o nulo conocimiento de ella. Un dato significativo considerando que de estas personas depende la formación de los futuros médicos.

Aunque no se encuentran datos exactos que atesten el conocimiento de los médicos italianos sobre las terapias alternativas, es lógico pensar que el porcentaje se acerque bastante  al relevado por la Universidad de Santander. Todo ello ya que el Código Italiano de Deontología Médica requiere que los médicos prescriban terapias eficaces empíricamente. Los fármacos cuya eficacia no esté  demostrada pueden ser prescritos bajo el consentimiento del paciente y exclusiva responsabilidad de los médicos. Los casos de España e Italia representan dos ejemplos del porqué la mayoría de las investigaciones científicas siguen centrándose solo en la medicina tradicional.

Según el Istat (el Instituto de Estadísticas de Italia), nueve millones de italianos recurren a la medicina complementaria: el 40 por ciento de estos, unos 3 millones y medio, lo hace por consejo médico, y más del 70 por ciento, unos seis millones de italianos,  declara haber obtenido beneficio. Además de las indicaciones médicas, hay otras motivaciones que guían a las personas a acudir a las terapias complementarias. Una fuerte razón se encuentra en la decepción ante los tratamientos de la medicina oficial  y el miedo a los efectos secundarios de estos; como los riesgos implicados en las intervenciones quirúrgicas o los malestares (náusea, dolor de estomago, úlcera, etc.) posteriores a la ingesta de fármacos demasiado agresivos.




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