Ya
se sabe que cada vez más gente decide curarse por medio de la medicina
alternativa-complementaria. ¿Pero, en realidad, cuánta gente conoce la
utilidad y los efectos de estos medios alternativos? ¿Y qué piensan los
médicos sobre su eficacia?
A
pesar de que en 1997 una resolución del Parlamento Europeo definió
estos tratamientos como “medicina no convencional” por no estar
totalmente reconocidos científicamente, la mayoría de los estudiosos
cree que este nombre da por hecho la convencionalidad de la medicina
tradicional. Esto conduciría a la idea de que la medicina “convencional”
esté definida por un acuerdo entre científicos mientras la “no
convencional” solo como una decisión subjetiva. Por lo tanto, se
prefiere utilizar la denominación “medicina alternativa”.
Mucha
es la gente que hoy en día se cura con la medicina alternativa pero
muchas más las personas por las cuales esta representa un horizonte
desconocido. Además, se advierte un bajo nivel de conocimiento por
parte de los profesionales de la medicina. Según un estudio conducido
en y por la Universidad de Santander con
el objetivo de conocer las actitudes de los médicos-docentes sobre las
terapias alternativas, el 72,3 por ciento de los entrevistados tiene un
escaso o nulo conocimiento de ella. Un dato significativo considerando
que de estas personas depende la formación de los futuros médicos.
Aunque
no se encuentran datos exactos que atesten el conocimiento de los
médicos italianos sobre las terapias alternativas, es lógico pensar que
el porcentaje se acerque bastante al relevado por la Universidad de
Santander. Todo ello ya que el Código Italiano de Deontología Médica
requiere que los médicos prescriban terapias eficaces empíricamente. Los
fármacos cuya eficacia
no esté demostrada pueden ser prescritos bajo el consentimiento del
paciente y exclusiva responsabilidad de los médicos. Los casos de España
e Italia representan dos ejemplos del porqué la mayoría de las
investigaciones científicas siguen centrándose solo en la medicina
tradicional.
Según el Istat (el Instituto de Estadísticas de Italia), nueve millones de italianos recurren a la medicina complementaria: el 40 por ciento de estos, unos 3 millones y medio,
lo hace por consejo médico, y más del 70 por ciento, unos seis millones
de italianos, declara haber obtenido beneficio. Además de las indicaciones
médicas, hay otras motivaciones que guían a las personas a acudir a las
terapias complementarias. Una fuerte razón se encuentra en la decepción
ante los tratamientos de la medicina oficial y el
miedo a los efectos secundarios de estos; como los riesgos implicados
en las intervenciones quirúrgicas o los malestares (náusea, dolor de
estomago, úlcera, etc.) posteriores a la ingesta de fármacos demasiado
agresivos.
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